Historia, Parte I
Anduve en un valle donde los demonios danzaban,
un lugar de perdición,
algo decadente.
Todo se tornaba oscuro en aquel lugar,
pero a lo lejos vi una luz;
con mi mirada seguí ese destello para ver de donde provenía,
encontré una imagen parecida a la de un ángel.
Me pregunte: ¿que hará aquí?
Pero al mirar mejor encontré que era simplemente otra persona,
aunque su belleza y personalidad la hicieron brillar.
Eras tú mi diosa,
te perdiste y no volví a verte.
De nuevo en ese valle,
donde los días eran largos y las noches cortas,
donde los mortales nos juntábamos para darle gusto a los dioses,
donde todos éramos uno,
pero no éramos nada.
Vi una figura semejante a mi diosa,
me acerque y le hable.
Seguí una y otra vez andando en el valle,
a veces hablaba con quien se parecía a mi diosa.
Me contó de su vida,
le conté de la mía.
Me llamó la atención y quise hacerla mía,
me invito a su hogar y con gusto acepte.
Un día cualquiera allí llegue,
no la encontré.
Pero seguí yendo,
seguí insistiendo.
La encontré y para mi sorpresa,
en una de las charlas que tuve en su casa,
encontré a quien una noche ilumino el valle nublado,
a quien esa noche me dejo anonadado.
Pero que decepción!
Que puta maldición!
Era muy joven,
era una niña,
por eso seguí tras la otra
y de ella fui solo un amigo.
-
El Miko
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