Transmetro, intro

“Aquello que no comparto no lo apoyo”
Siempre he dicho eso y siempre lo he hecho, aunque haya ocasiones en la que no lo parezca.

Es difícil nadar en contra de la corriente, es más difícil no cansarse, pero si eres una persona que defiende sus ideales y su forma de vivir (si te gusta la libertad) en algún momento de tu vida deberás hacerlo.

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Sistema Solar… planeta Tierra… América del Sur… norte de Colombia… 10º 57’ 52’’…

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Barranquilla, mirando un poco su historia, ciudad pionera en Colombia. Cuna de la aviación, lugar de entrada de la música, los avances de comienzo de Siglo XX, ciudad de inmigrantes… de diversas culturas que se mezclaron y vivieron en armonía. De la noche a la mañana una ciudad que funcionaba como un reloj suizo, una ciudad con una planeación a veinte años, se va a la mierda!

El progreso… eso buscaban,
una mejor vida… eso añoraban.

Una cantidad de inmigrantes no contemplados en la dichosa planeación. El golpe que desajusto el uno de los engranajes del reloj suizo, el golpe que provoca un daño inicial y de allí en adelante una serie de eventos se presentan para degenerar más esa maquinaria que en su momento fue perfecta.

La corrupción, la lucha de clases y los intereses particulares de unos cuantos. Un retroceso en el tiempo, o quizás no. Quizás solo se contagio de la enfermedad que ha carcomido a Colombia desde siempre, El Caudillismo. Pero nuestros terrenos y nuestras cosechas no eran como las del resto del país, no eran grandes haciendas con cabezas de ganado o grandes extensiones de tierra cultivada, todo era mercado. El comercio y la industria eran nuestras tierras, cultivos y ganado. Los dirigentes dejaron de ser lideres, pioneros y emprendedores para convertirse en vulgares Caudillos, unos hacendados, pero del mercado y la industria.