Letras de sangre

Continuando lo que comence en un post anterior

El loco y la reina, antes del inicio

Y alli estaba el, sentado... pensando en todo aquello que habia pasado... afligido, con una tristeza que le invadia el alma... sintiendose muerto despues de aquel regreso. Despues de ese viaje que le habia servido para reencontrarse, un viaje provocado por una broma del destino.

Pensativo, recordando el porque de su viaje, recordando el porque de su regreso. Buscando salidas al encierro en el cual se encontraba, tratando de organizar sus ideas, intentando... intentando... simplemente intentando.

El telefono ha sonado y del otro lado un amigo que le ha llamado, hablan por un par de minutos y resuelven encontrarse al dia siguiente para hablar acerca de un trabajo que le podria servir para comenzar a caminar de nuevo, para iniciar su recuperacion y colocar la primera piedra de lo que podria ser su refugio. Terminada la llamada vuelve a sus pensamientos, sigue sentado en la terraza de aquella casa -afligido, buscando salidas a su encierro.

Llegado el momento en el cual se verian, despues de unos años sin saber el uno del otro. Despues de haber perdido todo contacto, se han vuelto a ver.

- Quiubo mijo, ¿como vas?
- Aqui, ¿tu que?

De esa manera comenzo su conversa, un saludo tipico de la region, tipico entre amigos. Se sentaron y comenzaron a hablar, preguntandose que habia sido de sus vidas. Preguntandole que habia sido de su viaje y el porque de su regreso, haciendo preguntas propias de alguien que quiere saber acerca de la vida de una persona que tenia años sin ver. Pero sin perder familiaridad en el tono de sus preguntas, sin notarse una brecha amplia en el tiempo. Como si fuesen dias los que habian pasado desde la ultima vez que se vieron, como si todo ese tiempo hubieran seguido en contacto... como si nada hubiera pasado.

- Cuentame, ¿que es lo que necesitas?
- Es una maricada, eso tu lo haces rapidito. Es...

Y alli comenzo a detallarle el trabajo que necesitaba, alli comenzaron a aclarar los por menores y a negociar precios, a establecer tiempos. Alli comenzo a recordar viejos tiempos... tiempos no tan lejanos en donde era dueño de un prospero negocio y lo que el hacia marcaba la diferencia, en donde habia sido amo y señor, por tal razon habia gozado de una libertad que no supo aprovechar y que degrado en libertinaje... tiempos de gloria no tan lejanos.

Un apreton de manos y una sonrisa marcaron el cierre de un trato, caminaron y volvieron a hablar de sus vidas. Al final haria el trabajo, al final habia encontrado algo que le diera un punto de inicio.

De vuelta a esa casa... de vuelta a la terraza, comienza de nuevo a pensar. Enciende un cigarrillo para que le haga compañia y, con el, un acompañante mas -el humo que por cada aspirada nacia. Ese humo que en un tiempo aborrecia, ahora era compañero de ideas... ahora era compañero de recuerdos y anhelos.

Como era costumbre en el, habian momentos en los que hacia un analisis de su vida, de las cosas que le habian pasado, de las que habia hecho, de las que hacia y de las que queria hacer. Retrocedio un poco mas de un año en el tiempo y comenzo a revivir aquellas cosas que le habian hecho salir de su tierra, comenzo a recordar como fue que una noche salio huyendo de su casa para esconderse durante unos meses y luego viajar a una tierra que odiaba mas que cualquier otra cosa. Recordo esos momentos de angustia, recordo como su ego y su orgullo se habian convertido en polvo, y como una brisa se los habia llevado y lo habia dejado sin nada.

Un viaje que le sirvio para encontrar el camino a su reencuentro, un viaje que le enseño de la forma mas cruel que no era invencible y que no todo el que te sonrie lo hace por agrado. Un viaje en donde buscaba aquello que la brisa se habia llevado. Recordaba como aquel que en un tiempo lo habia apoyado fue capaz de golpearlo por la espalda y dejarlo abandonado. Como aquella que en una epoca habia sido su amante en la calle lo dejo tirado y aquel que habia sido su aprendiz, de la forma mas ruin, lo habia traicionado. Fueron pocos los que en su desgracia se mantuvieron a su lado, pocos los que en esos momentos de debilidad y agonia le dieron la mano, pocos los que al verlo hambriento pan le habian dado. Eso recordaba y se llenaba de odio...

Lo que habia quedado de aquel que habia sido la personificacion del ego y el orgullo no era mas que una masa andante que cargaba con tristeza y preocupaciones, no era mas que alguien que no podia verse al espejo sin sentirse derrotado y sin sentir que no valia ni un centavo. Sin ego y sin orgullo solo le quedaba un odio inmenso que lo carcomia, una llama que se hacia mas grande y lo quemaba por completo, no le quedaba nada...

Agradecido por el punto de incio que habia encontrado, ese pequeño trabajo que un amigo le habia ofrecido y que le servia para comenzar a sentirse vivo, para renacer y sentirse orgulloso de algo, orgulloso de si mismo. Pero siempre volvia a esa terraza, siempre volvia con la compañia de un cigarrillo y el humo, siempre recordaba lo que le habia pasado y se sumergia en el odio. Se destrozaba a diario, se mataba lentamente con aquellos pensamientos y aquellos recuerdos, poco a poco su vida era consumida por aquella llama que lo quemaba y por el odio que servia de combustible a esa llamaba arrazadora. Era un paso mas que debia dar para volver a nacer... para comenzar otra vez a construir su refugio, era un peldaño mas de la escalera que debia volver a subir despues de la caida que habia tenido y que lo habia mandado al fondo de un abismo.

Asi como recordaba tiempos mejores, asi mismo analizaba sus errores y trataba de encontrar soluciones. Tenia en cuenta a los que la mano le habian dado y miraba con desprecio a quienes de lado le habian dejado, esperando el momento adecuado para agradecer y vengarse.

Cuando las puertas se cierran una ventana se abre, era lo que pensaba y se repetia muchas veces. Siempre encontraba luz a lo largo del oscuro tunel y siempre lograba salir victorioso, era lo unico que no le habian quitado... sus recuerdos y con ellos la esperanza... esperanza que nacia al recordar situaciones del pasado... esperanza que cada dia crecia mas y mas... esperanza que poco a poco extinguia la llama que le consumia... esperanza que le ofrecia una nueva oportunidad y que le mostraba la luz que estaba al final del tunel, que le señalaba la ventana que podia abrir y le animaba a continuar.

Pasaron sus dias y siempre en ese vaiven de emociones y pensamientos, siempre en esa sierra sin fin que daba vueltas mientras lo cortaba a pedacitos. Pero a su vez iba perdiendo filo y al paso del tiempo le era mas dificil cortarlo... si, se estaba acostumbrando al dolor, ya no se sentia dañado. Ese sentimiento de derrota se estaba extinguiendo a medida que el seguia acostumbrandose al dolor que se habia vuelto compañero un compañero mas en la terraza.